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Hola a todos:
Así se hacían las cosas en el siglo XX, antes de Napster, las redes sociales, el relato y la creación de contenido constante como única forma de relevancia. Semanas antes de un gran lanzamiento discográfico te citaban en la sede del sello, te encerraban en una habitación —no te pedían que dejaras el móvil fuera porque ese Nokia verde no era una amenaza de nada— y te ponían el disco. A veces, debías firmar algún acuerdo de confidencialidad. Te sentías un poco importante. Vivir esto de nuevo en el mes previo al lanzamiento de Lux ha sido no solo una vuelta a la era en que la música tenía otro tipo de importancia y de liturgia, sino que ha resultado un shock cultural, pues ha sucedido en paralelo a la novedosa estrategia que el equipo de Rosalía ha orquestado para ir desvelando poco a poco pistas sobre R4. La fantasía de poder habitar el pasado y el futuro a la vez hecha realidad.
Han sido unas semanas llenas de especulaciones y apariciones casi marianas. Lux, antes de que casi nadie hubiera escuchado ni una nota del mismo, ya se configuraba como un evento, el evento del que todo el mundo quería formar parte, el lanzamiento más importante del año y uno que iba a sacudir los cimientos de la industria, tanto en forma como en su fondo. Rosalía ha compuesto una obra importante no solo en lo musical, sino también en lo sociológico, que va a abrir muchos debates desde la religión hasta el feminismo. En la entrevista que se publica hoy en El País Semanal le hemos preguntado sobre ello y ella ha narrado con detalle el origen, el desarrollo y las intenciones de un disco plagado de códigos, de mensajes y de guiños. Lux es, hasta cierto punto, la consecuencia espiritual de una era carnal, la de Motomami. Es circunspecto y a la vez grandioso. Rosalia ha compuesto una obra arriesgadísima desde el corazón del mainstream y se ha afanado en dotarla de un halo de misterio que ya casi no se ve en un mundo dominado por la inmediatez y el algoritmo. Como nos cuenta, este ha sido un camino hacia adentro después de muchos años de vivir hacia afuera. Pocas veces hemos podido anticipar el inapelable éxito de algo tan poco en sintonía con lo que tiene éxito.
XAVI SANCHO
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