Delito sexual, pero no de coacciones. Una multa de 10.800 euros y la prohibición de acercarse a Jenni Hermoso en un radio de 200 metros. No hubo consentimiento de la jugadora, tampoco las presuntas coacciones que impulsó después Luis Rubiales para que la deportista saliera en público a justificarlo. Tras dos semanas de juicio, con J. J. Gálvez y Diego Fonseca Rodríguez informando al pie del cañón, este jueves conocimos el fallo del juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto, por el que la Audiencia Nacional (AN) condena al expresidente federativo del fútbol, para el que la Físcalía pedía dos años y medio de prisión. La evitan también los otros tres juzgados: Albert Luque, exdirector de la selección masculina; Jorge Vilda, exentrenador de la selección femenina; y Rubén Rivera, exresponsable de marketing de la RFEF.
“Lo que puedo decir es que me parece acertada la condena por agresión sexual, lo que me parece algo llamativo o raro es que no haya condena por las coacciones”, afirma la capitana de la selección española, Irene Paredes. Prefiere no opinar la seleccionadora, Montse Tomé, quien declaró como testigo. “Es lo que es, yo no me quiero pronunciar más sobre ello”, dice. Y la ministra de Igualdad, Ana Redondo, pone de relieve que el fallo pone en el centro que no hubo consentimiento: “Lo importante es destacar que un beso no consentido es una agresión sexual. Las mujeres no se cuestionan, la palabra de la víctima tiene que ser entendida, tiene que ser escuchada y no cuestionada. No se puede revictimizar a la víctima”.
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