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17 de enero de 2025 
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El domingo está previsto que inicie el alto al fuego entre Israel y Hamás. Sería una de las primeras grandes noticias positivas de 2025, una que pondría fin a una campaña de violencia iniciada en octubre de 2023 y que ha resultado en decenas de miles de muertes y desplazamientos forzosos.
Sin embargo, el jueves por la noche aún había cierta incertidumbre pues después de las celebraciones iniciales tras anunciarse el acuerdo, se registraron enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y el grupo militante. El gobierno de Benjamín Netanyahu también se encontraba dividido previo a la ratificación del cese de hostilidades.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, expresaba confianza en que se concretaría la paz. Los reporteros del Times en Jerusalén reportaban: “Los contratiempos del jueves subrayaron la volatilidad de la tregua y suscitaron temores de nuevos retrasos”.
Si todo sale según lo que han planeado los mediadores, el domingo empezaría una tregua inicial de 42 días y el intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos. Así, el alto al fuego empezaría antes del 20 de enero, fecha en que el presidente electo Donald Trump asumirá el cargo.
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| Edificios destruidos por los ataques aéreos israelíes en el campo de refugiados de Bureij, en el centro de la Franja de Gaza, la semana pasada. Eyad Baba/Agence France-Presse — Getty Images |
Mientras cerramos este boletín, los negociadores del acuerdo trabajan contrarreloj para ultimar los detalles de un pacto muy esperado cuyo éxito se adjudicaron esta semana el presidente Joe Biden y el presidente electo Donald Trump.
Peter Baker, corresponsal del Times para la Casa Blanca y autor de varios libros sobre los presidentes estadounidenses, ofrece un esclarecedor análisis sobre los motivos que llevaron a dos rivales políticos a dejar de lado su animadversión en pos de un objetivo común:
Cada presidente tenía su propio interés en resolver el asunto antes de la toma de posesión. Para Biden, el acuerdo, si se mantiene, representa una reivindicación final de su mandato, lo que él espera sea el final de la guerra más mortífera de la historia del conflicto palestino-israelí, al tiempo que libera del cautiverio tanto a estadounidenses como a israelíes. Para Trump, el acuerdo, por ahora, retira un asunto importante de la mesa en el comienzo de su segundo mandato, liberándolo para dedicarse a otras prioridades.
Esto es lo que sabemos del acuerdo hasta el momento.
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